“una relación singular que ocasiones llega hasta situaciones muy particulares como darle besos, guardarlas en la habitación, celebrarle el cumpleaños (día que se compró)… y hasta llegar al matrimonio como vehículo nupcial. ¿hasta dónde llega la pasión que comparten miles de colombianos, por las motos?”

 

Los clubes de morteros iniciaron en Colombia incipientemente a finales de lo 90, crecieron en la primera década del nuevo siglo como comunidades cada vez más apasionadas, que hoy más allá del gusto por las motos, comparten y forman una comunidad que en algunos casos se puede llegar a hermanan o cofradía motera, apasionadas por el mundo de las dos ruedas.

Las ciudades con comunidades o clubes de moteros más fuertes son Bogotá, Cali, Medellín, sin embargo lis recorridos de estos grupos puede ser cualquier destino de Colombia, lo importante darle alas, o mejor ruedas, a la aventura y la experiencia de conducir y compartir en grupo.

Rodadas por municipios, paseos, pruebas de equilibrio, charlas de viajeros experimentados, cursos de manejo, clases de mecánica básica, desfiles de motos clásicas y antiguas, fiestas de integración y talleres de afinamiento de las habilidades técnicas en conducción, tanto para asfalto como en carretera, son algunas de las actividades más comunes durante las salidas o reuniones, en las cuales que mejor que un maletero Odín para llevar lo que más se necesita y quiere.

“Los motociclistas afiliados a los clubes deben ser personas que les guste el turismo en carretera, con disposición para viajes largos, sentido social para apoyar las obras que ocasionalmente desarrollamos, pero ante todo con disposición para compartir e interactuar con los miembros del grupo”, afirma Andrés Ibarra, líder del Club Riders Pulsar 200NS en Medellín, Aunque para algunos clubes los parámetros y las reglas de formalidad quedan en un segundo plano, para otros están muy definidos.

Otros gomosos, para utilizar un termino muy ligado a quien ama su vehículo, son capaces de “disfrazarse”, o hacer cualquier locura por esa pasión en forma de moto.

Más allá de ser una moda o un gusto superfluo , cada vez rueda con más fuerza por el país. Los clubes de moteros se han convertido en la esencia de las marcas, una inspiración para fomentar la cultura del respeto, estar más cerca de los clientes y promover el buen comportamiento en las vías; por eso Odín Moto, permite a los motores y sus clubes disfrutar sus experiencias y pasión con el #ElPoderDeOdín.